A escasa distancia a pie de la playa de Silgar, este ático ofrece una combinación poco habitual de ubicación estratégica, discreta elegancia y funcionalidad contemporánea.
Con 113 m² construidos y una reciente actualización parcial, la vivienda responde tanto a un estilo de vida activo como a quien busca un refugio sobrio cerca del mar. La distribución está diseñada con sentido práctico y fluidez: recibidor independiente, cocina amplia con salida a patio interior, un salón comedor cómodo y luminoso, dos baños completos (uno en suite) y dos dormitorios bien proporcionados, uno de ellos principal con acceso directo al baño.
Los materiales elegidos —como los armarios empotrados de roble o el suelo porcelánico— transmiten durabilidad y calidez sin artificios. La terraza exterior de 19 m², orientada al norte, añade un espacio de transición ideal entre interior y entorno: perfecto para leer, trabajar o simplemente disfrutar del clima sin exposición directa al sol.
En cuanto al confort térmico, la vivienda cuenta con tres unidades split con funciones de aire acondicionado, bomba de calor, ventilación y deshumidificación, complementadas por radiadores eléctricos en cocina y recibidor.
Se incluye una plaza de garaje de 15 m² y un trastero de 2,4 m², lo que añade valor funcional a la propuesta.
Este inmueble ofrece un perfil versátil, adecuado tanto como residencia habitual o segunda vivienda, como para inversión turística de alta demanda estacional (con rentas quincenales de hasta 5.000 € en temporada alta).
Una propiedad que encaja con quienes valoran la calidad sin exceso, la ubicación sin ostentación, y el confort bien entendido. Porque a veces, lo que no grita.. . convence más.
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